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La Catedral de Santiago de Compostela es el lugar donde se encuentran la tumba del apóstol Santiago y el punto de llegada del Camino de Santiago, el cual se realiza desde el siglo IX. Desde 1993 esta red de caminos está considerada Patrimonio de la Humanidad y sólo en la primera mitad de este año han sido transitados por 102.098 peregrinos, de los cuales un 43% eran españoles y un 57% extranjeros – especialmente alemanes, italianos, portugueses y franceses.

Algunos peregrinos consideran el Camino de Santiago como otra forma de hacer turismo. Otros lo ven como un reto personal, y otros tantos aseguran que lo hacen por motivos espirituales. De cualquier modo, peregrinar hasta Santiago de Compostela es una buena forma de conocer el norte de España de una forma diferente, visitando aldeas escondidas a través de la naturaleza y caminando por parques y espacios naturales, los Pirineos, la ribera del Ebro o los prados asturianos, y de desconectar de la rutina y el trabajo.

Hay diferentes rutas para elegir: la preferida es el Camino Francés – hasta junio de 2014 fue recorrida por el 68,7% de los peregrinos) –, seguida del Camino Portugués – 15,6% de los peregrinos –, el Camino de Fisterra-Muxía, el Camino del Norte, el Camino del Sureste o Vía de la Plata y el Camino Primitivo – el más antiguo y duro, recorrido en 2013 sólo por el 3% de los peregrinos –, entre otros.

La peregrinación se puede hacer a pie, en bicicleta o incluso a caballo. Según la Oficina del Peregrino, este año el 87,9% de los peregrinos hizo el Camino de Santiago a pie, mientras que el 11,5% lo realizó en bicicleta y apenas un 1% decidió hacerlo a caballo. Al llegar a la catedral de Santiago, los peregrinos pueden solicitar la compostela, que es el certificado que acredita la peregrinación. Para recibirla es necesario mostrar los sellos de los albergues, parroquias y ayuntamientos visitados junto con sus fechas correspondientes. Es imprescindible haber recibido dos sellos al día y haber recorrido al menos 100 km. a pie o 200 km. en bicicleta o a caballo.

La época del año en la que se realizan más peregrinaciones es el verano, si bien los termómetros alcanzan las temperaturas más altas y los albergues están llenos y a veces es difícil encontrar sitio para dormir. Los peregrinos más experimentados aconsejan realizar el Camino de Santiago en primavera, ya que ni hace tanto calor ni se encuentran tantos obstáculos para pernoctar.